Hellboy hace su regreso a la pantalla grande con nueva apariencia, con más sangre siendo salpicada y nuevos enemigos.

En esta nueva versión protagonizada por David Harbour veremos al héroe tratar detener Nimue (Milla Jovovich), la reina de sangre, que busca venganza al ser detenida por el rey Arturo. Con la ayuda de Alice Monaghan (Sasha Lane), una joven vidente, y Ben Daimio (Daniel Dae Kim), un agente del BPRD que tiene una habilidad especial, tendrán que navegar por Inglaterra para detener a una criatura que busca reanimar a la reina.

Harbour le da su toque a Hellboy como alguien que trata de buscar su identidad dentro de su trabajo. Sus reacciones a muchos situaciones son bastante fantásticas, ya que constantemente son de curiosidad de lo que está ocurriendo al momento.

Lamentablemente esta película luce bastante genérica en su cinematografía y en su historia. En la historia no hay tiempo para desarrollar a los personajes centrales y la relación que ellos tengan entre sí. Solamente hay tiempo para dejar mucha exposición y bastante flashback para varios personajes. El conflicto que Hellboy tenia dentro, el cuál si cumplia su destino en iniciar el apocalipsis, era intrigante. Pero no había tiempo en desarrollar esta trama y la tentación en cumplir este destino. Otro punto bastante flojo en su historia era Nimue, la reina de sangre. Ella no representa una amenaza real para todos y sus motivaciones en estar al lado de nuestro héroe son decepcionante.

Al ser clasificada R tenían la oportunidad para hacer cosas más grotescas, algo que lo hicieron bastante decepcionante también. Muchas de las escenas donde se ven personas siendo descuartizadas no tienen un peso por qué ocurren para tratar de revolcarte el estómago. Los efectos visuales de estas escenas y otras más lucen que le faltan un render adicional. La escena de acción con tres gigantes envueltos lucen más antiguo que la primera película de este personaje.

Tratar de comparar esta película con la primera película hecha por Guillermo Del Toro es injusto para esta. La película del 2004 tiene personalidad, una historia con sentido y colores. Y la diferencia entre las dos producciones es menos de 20 millones.

Hellboy es una de las experiencia más decepcionante en una película basado en un cómic. No es lo suficientemente mala para ser objeto de burla o sea graciosa de forma irónica. David Harbour y el resto del elenco merecía más. Sin embargo, el libreto, la cinematografía, la edición y otros elementos más hacen que esto sea una decepción grande para los fanáticos de este personaje y las películas basado en cómics con clasificación R.