From Software ha vuelto a traer un videojuego de su exitosa saga Dark Souls un título que nos llevará a tomar control de nuestras frustraciones para poder progresar en la historia, un título cuyo nivel de dificultad pondrá a prueba tus habilidades.

Una historia de redención para una serie valiente

Dark Souls III vuelve a brindar la esencia que la desarrolladora trajo con Demons Souls en el 2009, pero a diferencia de las pasadas entregas, el título llega con varias mecánicas de Bloodborne, convirtiéndolo en un título con un alto nivel de dificultad y una jugabilidad muy adictiva para los amantes de la saga y nuevos jugadores.

En el 2014 recibimos Dark Souls II, un videojuego del cual muchos aficionados se quejaron por poseer una dificultad más simple a los pasados títulos, niveles menos lujosos a los que vimos en Dark Souls y una historia menos atractiva. Para el 2015, el estudio sorprendió a los jugadores de PlayStation 4 y amantes de la saga con Bloodborne, el primer videojuego que desarrolló el estudio para la nueva generación de consolas. Un título que ofrece un desafío mucho más grande a los visto con Dark Souls II.

Luego de toda esa experiencia que obtuvo From Software con los pasados títulos, el estudio dio con la formula perfecta para crear un videojuego que tiene grandes posibilidades de ser candidato al juego del año.

Un videojuego que frustrará hasta al jugador más valiente

Dark Souls III es un videojuego de rol y acción que nos llevará a la región de Lothric para disfrutar de una historia que narra la historia de los señores de las cenizas. Al igual que en los pasados títulos de la saga, los jugadores irán descubriendo más sobre el argumento gracias a las pistas que encontramos en las conversaciones, descripciones de los objetos y algunas escenarios. Eso sí, si jugaste la primera entrega, entonces entenderás bien la historia y disfrutarás de todas las referencias que descubrirás en el nuevo capítulo.

La jugabilidad es muy similar a los visto en los pasados títulos, pues poseen pocos cambios y son prácticamente idénticos a lo visto en las primeras entregas de la serie. Eso sí, a todos los movimientos que ya conocemos en la saga, se le debe añadir las habilidades de las armas, una novedad que ayudará a cambiar nuestra forma de juego.

Cada arma cuenta con una habilidad distinta que nos permitirá realizar golpes más fuertes, romper la defensa enemiga, realizar distintos combos o realizar un ataque mágico. Cada habilidad nos consumirán parte de nuestra barra de magia, la cual regresa desde Demon’s Souls, haciendo que hasta las clases que no requieren hechizos saquen partidos de la misma. Con dicha barra, los magos ahora deben pensar como utilizar sus recursos y como dividir su Estus Flask, pues además del brebaje regular, ahora poseemos el Ashen Estus Flask que nos ayudará a recuperar la barra de magia.

Tal y como mencioné anteriormente, ahora tendremos un nuevo Estus, uno para recuperar la vida y otro para recuperar la barra de magia. El número de Estus que podremos llevar será dividido, por lo que debes visitar al herrero para poder gestionar cuantos tragos quieres de cada uno. Si posees cuatro tragos de Estus regular y dos para curar tu magia, al visitar el mundo de otros jugadores la cantidad de los frascos se verá reducida a la mitad. Eso sí, si posees un frasco, no tendrás ninguno al visitar otro mundo.

En mi caso, mi personaje principal no era un mago o clericó, por lo que no utilicé ningún frasco de Estus para la magia, pues sólo consumía el necesario con las habilidades de mis espadas. A medida que progreses en el título, podrás aumentar la cantidad de frasco que puedes llevar con tu personaje y podrás actualizarlo muy a menudo para que estos puedan llenar más la salud o la barra de magia.

 

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